Mirada de mujer, luz que brilla en la espesura de las sombras; lucero del viajero sin destino.Tus ojos como dos fuegos que queman y atan; traslucido de la pureza de tu alma; llamas intensas que brillan en tus inocentes pupilas; un fulgor que me arrebata hasta el cielo, tu mirada que cautiva mi alma.¡Oh! bálsamo de mi corazón herido: soy prisionero de tu mirada inmensa.Sediento de la energía de tus ojos; hambriento de tu generosa mirada. Cada vez que caigo en un abismo son tus ojos los que me dan la vida, aún cuando en la penumbra del olvido has querido desviar tu mirada, has querido no alumbrar mi camino.Mirada de Mujer, tus ojos como un sendero cristalino, como si ante ellos tu destino fuera el mío; cayendo casi adormecido y sonámbulo bajo el hechizo dulce de tu mirada tersa.
(Poema de Marco Fermandez, entrañable amigo y poeta)
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